"Y de manera dócil se calmaba el fulgor de la madrugada. Unos tacones, el sonido de los pájaros más madrugadores o el sonido de la escoba del pub más cercano.
El astro rey imponía su jerarquía un día más de manera pausada y somnolienta al principio, para desperezar sus rayos y dirigirlos hacia los cristales, en un principio de las plantas mas bajas.
El rocío depositado sobre el verde césped daba un brillo especial y conformaba el paisaje metropolitano, ese paisaje el cual la mayoría no llega a disfrutar a menudo ya que se hallan metidos dentro del mundo de un sueño."
El cazador onírico
sábado, 17 de octubre de 2009
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