Parte de la naturaleza del ser humano, es así, difícil de predecir o de evitar.
Quizá el calentamiento global del sentimiento, lleva a aumentar la temperatura del ambiente testimonial del deseo. La elevación del espíritu de la cobardía desde la fosa común donde yacen palabras y acciones siempre retraídas, ocasionado por esta causa.
El deshielo de los momentos que en un día han sido compactos, que se disgregan poco a poco y de manera paulatina. El fluir de estos recuerdos dejan sin su protección sólido y helada de la fría cumbre que domina y corona el corazón.
Esta desprotección no tiene porqué ser negativa, de alguna manera puede resultar satisfactorio el refrescarse la cara con este flujo de abundante caudal.
Una montaña no pierde su belleza cuando el Sol roe su vestido blanco impoluto, ni es menos atractivo porque se mire desde una posición u otra...
1 comentario:
eeeh,no m gusta esta entrada,lo siento,es dmasiado rara hasta para mi,una pena,o kizas esq no tnga la cabeza yo muy x la labor d entender las metaforas...
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