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domingo, 6 de septiembre de 2009

Miedo (2)

No se puede huir eternamente de la silenciosa sonrisa del miedo. Siempre está ahí, a tu espalda, y tu la puedes sentir fría.
Y esa sonrisa hace de guía del diablo, cortando tu libertad, y obligándote a que tu camino sea único, rutinario, sin apenas variación. Un camino que tu no eliges, una opción que quizá no sea la mejor. Pero sobretodo, mientras una carcajada recorra tu vida tras de tí, corta la inmensidad de posibilidades, de acciones y riesgos que pueden cambiar tu vida aunque no sea para bien.
Pero sin el miedo eres tú quien elige sus opciones. Creo que ya no tengo miedo a volver a escribir, todo lo que aquí escriba es mi presente, porque creo que no hay nada de lo que estar más orgulloso de las experiencias que te hacen crecer. Quizá en unos años o meses lea todo y haya ocurrido un cambio radical, en mi forma de pensar en mis sentimientos, pero al menos estaré seguro de que la malévola sonrisa no me va a enviar a lo fácil y seguro.

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